jueves, 28 de agosto de 2008

Nueces para el amor


¿Puede un amor adolescente recordarse toda una vida? ¿Puede el destino guiarnos por caminos distintos a los deseados? ¿Existen las casualidades? ¿En el amor, todo es posible? Estas parecen ser las preguntas que surgen en Nueces para el amor.

1975: Unos meses antes de la implantación de la dictadura militar en Argentina, Alicia y Marcelo se conocen, al finalizar un concierto de rock, en el tren suburbano. Entre ellos surge inmediatamente el amor, pero el retorno del novio de Alicia provoca la separación.
1982 Madrid: La pareja vuelve a cruzarse. Marcelo es un hombre casado y de éxito en su trabajo. Alicia se ha separado y vive sola con su hija. Aunque el amor continúa latente, sus destinos siguen rumbos distintos.
1990: Marcelo, en plena crisis matrimonial, decide afrontar sus sentimientos por Alicia, pero no consigue deshacer el vínculo que lo une a su mujer y se aleja de Alicia.
1998: La hija de Alicia llama a Marcelo para que intente ayudar a su madre a salir de una profunda crisis. Marcelo acude a ver a la única mujer que amó en su vida.


"….. y me quedé parada ahí, quieta, sin permitirme nada, y es que la lucha continuaba y más fuerte que nunca. Horacio era eso, una mezcla de militancia y romance, que romance, no amor. Bueno, la verdad es que siempre me costó llamar al amor por su nombre. A las cosas jodidas no. La guerra es guerra, la muerte es muerte, el dolor es dolor, pero nombrar al amor me cuesta. Cuando supe que Horacio volvía se me fue toda la seguridad a la mierda porque la derrota no existía, pero la lucha era jodida y yo no tenía ningún derecho a involucrarlo a Marcelo nada más porque él pensaba que me amaba. En ese entonces creíamos que el único resultado que nos cabía era la victoria. Si estaba dispuesta a dar la vida como no iba a estar dispuesta a renunciar a lo que podía ser apenas una calentura. No podía tomar otra decisión así que me quedé parada ahí, en el andén, mirando como el tren se alejaba, igual que un mes más tarde cuando Horacio después de haber recibido una citación volvió al sur. Mi vida parece ser eso: un tren que se aleja llevándose lo que es mío y yo mirando cómo se aleja, impotente, incapaz de correrlo, de detenerlo, de cambiarle el rumbo." (Alicia)

Una película argentina de las de mi colección de favoritas...

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