jueves, 31 de diciembre de 2015

Ganas de 2016




Un nuevo año que se presenta...
Una nueva etapa, un nuevo camino... 
Creo que me esperan cosas positivas en este nuevo año.

Feliz año 2016 a tod@s

domingo, 27 de diciembre de 2015

Estimado candidato




Estimado candidato,

Perdón por lo de estimado. Vaya por delante que no le tengo ningún aprecio especial más allá del que le profeso a quien no conozco de prácticamente nada. Pero como lleva usted unos cuantos meses metiéndose a todas horas en mi casa, en mi trabajo, en mis conversaciones y en mi vida, al final no vamos a decir que el roce hace el cariño, pero sí la familiaridad. Le escribo esta carta abierta en el día crucial para usted, el único día en el que dicen que se me va a hacer caso. A mí y a los treinta y pico millones de españoles que estamos llamados a las urnas. Hoy es mi día para escribírsela. Hoy es mi día para hacérsela llegar.

Para empezar, perdóneme si de entrada no le creo. No me creo nada de lo que me ha ido explicando durante estos días. Sea usted rojo, morado, naranja, azul o verde, da igual. Y no me lo tenga en cuenta, a lo mejor no es ni siquiera culpa suya directamente. Igual es por culpa de alguien de su partido que ha metido la mano donde no debía, igual es su inexperiencia la que me hace desconfiar, o igual es que me la han metido doblada tantas veces ya, que me han robado la inocencia, la cartera, el mes de abril, el de mayo, el de junio y así hasta la suciedad.

Por lo tanto, entienda que no haya tenido ganas ni de leerme su programa. Ya me tomé esa molestia en el pasado y sólo me sirvió más que para indignarme cada vez que incumplían lo que prometieran quienes se llevaron el voto al agua. Cada vez que recortaron donde dijeron invertir. Cada vez que subieron impuestos que dijeron que debían bajar. Cada vez que eliminaron prestaciones que debían cubrir. Cada vez que hicieron exactamente lo contrario de lo que me habían dicho que iban a hacer. Cada vez que le echaron la culpa a esa herencia recibida a la que habían prometido jamás culpar. Cada vez que nos hicieron morir de vergüenza por haberles votado. Entienda que, después de todo, encuentre siempre algo más interesante que hacer que leer su mentira en diferido, o vamos a llamarla su propuesta de media verdad.

Le escribo básicamente para pedirle dos cosas.

La primera, que si usted gana, cumpla. No ya con el programa, que ése ya hemos visto que no sirve más que para medir su grado de ingenuidad, o mejor dicho el que usted cree que tenemos los demás. Tampoco le pido que cumpla con España, que eso a estas alturas de nuestra Historia alcanza el grado casi de ficción, como acaba ocurriendo con cualquier entidad. Le ruego que cumpla con los españoles. Por si no lo ha notado en campaña, los españoles no sé si somos mucho españoles, pero somos buena gente, incluso los más capullos tenemos nuestro aquél, y en realidad nos daríamos con un canto en los dientes si el próximo inquilino de La Moncloa se limitara a dejar de dar lecciones sobre cómo jodernos la vida y se pusiera simplemente a trabajar. Y que lo hiciera no sólo de manera honrada, le pediría que lo hiciera de manera ejemplar. Merecemos un presidente en el que poder mirarnos como hacemos con Andrés Iniesta, con Pau Gasol o con Rafa Nadal. Merecemos un presidente del que estar orgullosos incluso los que no le votaron. Sé que suena fantasioso, pero ha llegado el momento de que usted al menos nos lo parezca de verdad. Que esté dispuesto a dimitir y que no le tiemble la mano al cesar a quien lo haya hecho mal. Y si no sabe por dónde se empieza, rodéese de gente extraordinaria, olvídese de los dedazos y fiche a gente mucho más lista que usted, manténgalos cerca y verá como incluso lo bueno se pega, que hasta le será más fácil disimular.

Y la segunda cosa que le tengo que pedir es que si usted no gana, cumpla. Que nos enseñe de una vez cómo es una oposición responsable, que se olvide para siempre del y tú más. Que se acuerde de la gente que aun sabiendo que no iba a ganar, le votaron. Ellos merecen alguien que les dé su voz en el Congreso. Igual están dispuestos hasta a perdonarles que no se hayan leído a Kant. Sáquenle los colores al Gobierno que no cumpla, pero sobre todo, ayúdenle a gobernar. Hagan que su partido consiga ya no pactos de Estado, sino unas cortes más sabias, más eficientes, más cercanas a la ciudadanía, y sobre todo, que jamás pierdan capacidad de escuchar. Recuerden que mucha gente aún no votará en estas generales, y el objetivo de todos debería ser que volviesen a sentirse representados, que volviesen a creer que esto de la política es cosa de todos y que volviesen, sobre todo, a confiar. E idealmente, la próxima vez, a hacerles ganar.

Y a los dos, no olviden que hoy empieza un debate de estos que tanto les gustan, pero éste sí es definitivo. El que confronta lo que se dice y lo que se hace, aquél en el que dejamos el mundo de las ideas y aterrizamos en el momento de ponerlas en práctica.

Es la hora de llevarlas a la realidad.

Y a todos los efectos, deposito este voto nulo a 20 de diciembre de 2015 en la correspondiente urna de mi colegio electoral.

Risto Mejide. 20 de diciembre de 2015

viernes, 25 de diciembre de 2015

Papa Nöel llegó...

 
Aperitivos para empezar (melón con jamón, langostinos..)


Me encantan a la plancha

Fiambres con huevo hilado, canapés..

Tarta de leche merengada


Un año más pasamos la Nochebuena en familia con cosas muy ricas para cenar (el cochinillo no sale en las fotos pero estaba súper rico y la tarta triunfó) y tras el postre llegó el turno a ver que regalos había dejado Papa Noel este año.
Por mi parte no puedo quejarme en absoluto:

Agenda 2016, Keep cup lovely, caja y cositas para el té


Foulard y vestido


Takenoko, Expansión Smash up y Dark Tales

- La nueva agenda anual de Mr. Wonderful

- Una cesta-cofre marrón a la que ya asigné lugar
- Una taza Keep cup (edición Mr. Wonderful)
- Un vestido marrón
- Un foulard lovely
- Galletitas de mantequilla y azúcar rojo para el té.
- Varios juegos que fueron para Óscar a los que yo también daré uso)

Abrigo con pelito


Arnés de calaveras


Detalle calavera

Dos comederos con huellas y huesos

Correa extensible


Por su parte de Zen no se olvidaron y estrena arnés de calaveras, correa nueva, comederos de acero inoxidable y abrigo calentito entre otras cosas.

... pero sobre todo SALUD
 

jueves, 24 de diciembre de 2015

Feliz NAvidaD



Porque todo el año deberíamos celebrar los pequeños momentos de estos días...
Y disfrutar de las pequeñas cosas que tantas veces pasamos por alto.
Feliz vida...

martes, 22 de diciembre de 2015

Estás mayor




Estás mayor. Sí, tú, ya sabes a quién me refiero. Y ojo no te equivoques, no se trata de cumplir años, cumplir años es maravilloso. Eso es hacerse mayor, una buena excusa para también hacerse grande. Admiro a los ancianos, sobre todo por haber sabido sobrevivir. Siempre les pregunto cómo lo han hecho. Y siempre me responden cosas distintas. Fascinante, pero real.

Estar mayor es otra cosa. Se trata más bien de envejecerse. Apolillarse. Encerrarse voluntariamente en el desván y bajar las persianas para dejar que las cosas ocurran sin ti. Volverse un yonqui enganchado a tu propio pasado. Divorciarse del ahora y volver con tu ex, que se llama un antes que no volverá. Te envejeces cuando te separas del momento actual. Te envejeces cuando te quedas mirando cómo te adelanta la vida porque has creído que ella corría más que tú. Y te envejeces cuando crees que lo nuevo ya no va contigo. O cuando por el simple hecho de ser nuevo, algo malo tendrá. Si aún piensas así, date una vuelta por los cursillos de programación HTML para la tercera edad. Y luego me cuentas qué tal.

Estás mayor cuando dices que cualquier cosa ya no se fabrica como antes. Música, películas, recetas, neveras o casas, da igual. Que todos los grupos se parecen a los Beatles. Que nadie ha vuelto a hacer cine después de Hitchcock. Tú dices que son gajes de poseer cultura y experiencia. Yo lo llamo Complejo de Jorge Manrique. Afortunadamente que nada se hace como antes. Cosas malas y cosas buenas las hubo siempre y siempre las habrá. Igual que siempre existió el concepto de calidad. E incluso ese concepto tuvo que cambiar, como el concepto de lujo, como el de cantidad. Hace siglos, tener muchos hijos y que se murieran unos cuantos era lo que se consideraba de lo más normal. Imagínate eso hoy día. Sigue pasando, no muy lejos de aquí sigue siendo normal. ¿Y qué es lo único que ni cambia ni debería cambiar? Los valores. Los grandes valores. La Justicia. El Respeto. La Empatía. La Honestidad. Si me apuras, incluso estos conceptos no han parado de ser puestos en entredicho frente a nuevas prácticas y oportunidades que aún debemos debatir ya no en el terreno de la técnica, sino en el de la moral. 

Estás mayor cuando dejas de actualizarte. Cuando crees que un día estudiaste, y ya está. Cuando abandonas tu propia formación continua. Cuando dejas de escuchar a tus inquietudes, que son tu propia Universidad. Porque actualizarse es mantener la ilusión del niño que todos llevamos dentro y que necesita de novedades para poder resucitar. Saberse ignorante es sólo el primer paso. El siguiente es exigirse aprender siempre algo nuevo, algo más. La cultura consiste en superar la fecha de tu nacimiento. Conversar con gente interesantísima con la que ya no te podrías sentar a charlar.
  
Estás mayor cuando hablas de las redes sociales como si fueran malas. Cuando te jactas de seguir manteniéndote al margen de ellas. No porque no comporten consecuencias negativas, sino porque las redes nos traen las mismas cosas que nos trae la sociedad. De nuevo, cosas buenas y cosas malas. Gente que usa la herramienta para cortar carne y gente que abusa de la misma herramienta para clavársela a los demás. Y no por eso juzgamos a los cuchillos. Son los delincuentes los que deben ser ajusticiados, no los instrumentos que nos ayudan a comunicar. Estás mayor porque has perdido curiosidad. Y porque, aunque tú no estés, que sepas que igualmente estás.

Estás mayor cuando dices que no hay que compartir jamás lo que a uno le ocurre. Cuando sentencias, así con voz profunda y solemne que la vida privada no hay que publicarla en ningún sitio y bajo ningún concepto. Que se está perdiendo el concepto de intimidad. Y lo que demuestras es que no entiendes que ha nacido un nuevo concepto de entorno, un círculo inédito en la historia de la humanidad: la intimidad pública. Ya no somos lo que tenemos, ni siquiera lo que estudiamos, ahora somos lo que decidimos compartir. Y por lo tanto, eso implica que también compartimos lo que sentimos, lo que nos duele, lo que nos hace felices, lo que nos hace diferentes, lo que nos hace soñar. Y debemos hacerlo, en la medida de lo posible, siendo fieles a la realidad. Vale, de acuerdo, tratar de camuflarla, filtrarla y embellecerla lo más que podamos, pero con un sustrato y una base de máxima autenticidad. Porque si no, aparte de que nos pillarán enseguida, dejaremos de ser nosotros mismos. Nos convertiremos en mentirosos sociales, o lo que es peor, marcas blancas de nosotros mismos, substituibles, commodities. Y entonces también conoceremos un nuevo concepto de soledad.

Para terminar, tampoco te vengas abajo, porque para que haya gente que innova, siempre tiene que haber gente que esté mayor. Es el motor de la humanidad. «Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros». La cita, con la que abrí Urbrands, mi último libro, es de Marco Tulio Cicerón, siglo I aC. 

Risto Mejide. 13 de diciembre de 2015

viernes, 18 de diciembre de 2015

No compres ese perro




No seas imbécil. Ni desaprensivo. No hagas posible que dentro de unos meses algunos te mentemos a la madre al cruzarnos con el resultado de tu indiferencia y tu estupidez. Piénsalo mucho antes de dar el paso irreversible; de complicarte una vida que luego pretenderás solucionar por el camino más fácil. Aún puedes evitarlo. Impedir que te despreciemos, e incluso despreciarte a ti mismo cuando te mires en el espejo. Ya sé, de todas formas, que el autodesprecio es relativo. Tarde o temprano, hasta con las mayores atrocidades en la mochila, siempre nos las apañamos para ingeniar coartadas, justificaciones. Conozco a pocos que, hagan lo que hagan -desde faenas elementales hasta cargarse al prójimo-, no acaben durmiendo a pierna suelta tras unos pocos ejercicios de terapia personal. Aun así, permite que te lo explique antes de que ocurra, primero, y después se te olvide. Resumiendo: intenta no convertirte, innecesariamente, en un hijo de la gran puta.

Sé que tus niños quieren un perro. Que les hace una ilusión enorme y te dan la matraca desde hace mucho. Que tu hija, por ejemplo, te hace babear cuando te abraza y pide una mascota. O que te acabas de separar de tu legítima, y crees que regalándole al crío un animal, y paseando con él los fines de semana, podrás recuperar el terreno perdido, o no perderlo en el futuro. Hay mil razones, supongo. Un montón de circunstancias por las que has pensado comprar un perro estos días, para tus hijos. O para tu mujer. Tal vez para ti mismo. Un perro en casa, por Navidad.


Déjame contarte, porque de eso sé algo. He tenido cinco perros, así que calcula. Y no hay nada en el mundo como ellos. No hay compañía más silenciosa y grata. No hay lealtad tan conmovedora como la de sus ojos atentos, sus lengüetazos y su trufa próxima y húmeda. Nada tan asombroso como la extrema perspicacia de un perro inteligente. No existe mejor alivio para la melancolía y la soledad que su compañía fiel, la seguridad de que moriría por ti, sacrificándose por una caricia o una palabra. He dicho muchas veces que ningún ser humano vale lo que un buen perro. Cuando uno de nosotros muere, no se pierde gran cosa. La vida me dio esa certeza. Pero cuando desaparece un perro noble y valiente, el mundo se torna más oscuro. Más triste y más sucio.

Es muy posible, naturalmente, que aciertes. Que, tras pensarlo bien, tomes la decisión y asumas las consecuencias con feliz resultado. Que comprar un perro para tus hijos, para tu mujer o para ti sea un acierto. Que su compañía cambie vuestra vida para bien. Que os haga más conscientes de ciertas cosas. A menudo, un perro acaba haciéndote mejor persona. Te hace sentir cosas que antes no sentías. Sin embargo, no siempre es así. Un perro en el lugar inadecuado puede volverse un drama. Una incomodidad para ti y los tuyos. Y una tragedia para él.

Permíteme imaginar lo que podría ocurrir. Que vayas a la tienda, elijas a un perrito delicioso, y eso te valga gritos de alegría y besos familiares. No hay nada tan simpático como un cachorrillo. Al principio todo serán incidentes graciosos y situaciones tiernas. Luego, si vives en piso pequeño o lugar inadecuado, las cosas pueden ser diferentes. Un perro exige cuidados, gastos, paseos, limpieza, comida. No aparece y desaparece cuando conviene. Es un miembro de la familia con derechos y necesidades, que exige pensar en él cuando se planean vacaciones, e incluso una simple salida al cine o a un restaurante. A eso añádele la educación. Un perro mal educado puede convertirse en una pesadilla familiar y social. Además, cada uno, como las personas, tiene su carácter. Punto de vista y maneras. Eso exige un respeto que no todos los humanos somos capaces de comprender.

A estas alturas, sabes dónde voy a parar. Si eres de esa materia miserable de la que estamos hechos buena parte de los seres humanos, acabarás abandonándolo. Un viaje en coche a un campo lejano, una gasolinera, una cuneta. Abrir la puerta para que baje y seguir tu camino, acelerando sin atender los ladridos del chucho que correrá tras el automóvil hasta quedar exhausto, desorientado, incapaz de comprender que su mundo acaba de romperse para siempre. El resto no hace falta que lo detalle, pues lo sabes de sobra: él nunca lo haría, y todo eso. Los niños preguntando dónde está el perrito, papi, y tú oyendo aún esos ladridos que dejabas atrás. Avergonzado de ti mismo, o tal vez no. Ya dije antes que un rasgo del perfecto hijo de puta es arreglárselas para que sus actos acaben por no avergonzarlo en absoluto. Así que voy a pedirte un favor. Por ti, por mí, por tus hijos. Antes de ir a la tienda de mascotas esta Navidad, mírate al espejo. Y si no te convence lo que ves, mejor les compras un peluche.

24 de diciembre de 2012. Arturo Pérez Reverte

Publicado hace 3 años pero perfectamente aplicable a cualquier época. 

martes, 15 de diciembre de 2015

Reflexiones de 2015





Como otros años os comparto mis reflexiones del año en curso: 

Lo más emocionante: Poder cambiar el tratamiento para la Esclerosis múltiple; pasar de inyecciones a pastillas (yuhu!!!)

Lo más emotivo
: La boda de mi hermana Laura el 20/06, mucho tiempo preparando todo para ese gran día.

Lo más sorprendente: Conocer en persona a Carlos Hernández, Rosario Raro, Teresa Perales y volver a ver a Albert Espinosa.
 

Lo más divertido: Hacer alguna escapada al Monasterio de Rueda (enero), Calaceite (marzo) y en verano a La Pineda y Valencia.


Lo más triste/doloroso: La pérdida de Nacho Mirás, sin conocerlo personalmente sentí que perdía a alguien importante.

Lo más gracioso: Sentir que no puedo parar con la decoración (cambio de la terraza y algún cambio en cocina y aseo)
 

Lo más feliz: Poder tocar, acariciar, besar y estar cerca de las belugas en Valencia, junto al resto de animales todo un día (morsas, delfines, leones marinos, focas...). 

Siento debilidad por las belugas y se cumplió uno de mis sueños. Para repetir.

Lo más coñazo: No tener vacaciones este año pese a que se trataba de una buena causa, volver al plano laboral :) :) :)

Lo más extraño: Cortar mi larga melena 26 cm en verano, convirtiéndolo además en una buena causa donando ese pelo para pelucas de gente que está pasando por un cáncer.

Lo más inteligente: Seguir yendo al teatro a descubrir obras increíbles como "El triángulo azul", "Ligeros de equipaje" o ver en directo a Goyo Jiménez y volver a ver en concierto a Joaquín Sabina. Gente a la que admiro.
 
Lo más curioso: Seguir descubriendo nuevas series que me tienen enganchada, entre ellas "The Affair" y "Jessica Jones".


sábado, 12 de diciembre de 2015

Decoración navideña


Él se convirtió en el primer inquilino
  
Me encantan los renos

Otro gnomo

El padre de los gnomos

En el cactus

Junto al árbol navideño

Xmas time

Reno luminoso

Árbol navideño
Toques de luz
Hoy he decidido decorar la casa con algunos  motivos navideños y unos cuantos enanos que se han apoderado de diversos rincones despertando los celos de Zen :)
Os dejo algunas imágenes de decoración navideña; el belén de Playmovil lo hemos puesto también a pesar de que no hice foto.

¿Habéis decorado vuestras casas?

lunes, 7 de diciembre de 2015

Me llevo una




Un atril vacío en el primer debate a 4-1 acaba siendo más elocuente y más comentado que el mismo debate; eso nos da cuenta de los tiempos en los que nos ha tocado vivir. Y me llevo una.

Sí, puede que haya gente a la que le dé igual añadir o sustraer, seguro que piensan que el número final es lo único que cuenta. Pero no es así. No es lo mismo llegar a tres sumando candidatos de uno en uno que restando el que siempre nos falta. No es lo mismo un procès que quiere ir a Mas que un debate que todos sabemos que está mermado, venido a menos. En el caso de números que representan personas, saber a ciencia cierta de dónde vienes importa tanto o más que el hecho de saber hacia dónde vas. Y me llevo dos.

Hay ausencias y ausencias. No todas las no presencias se llevan igual. Porque no todas importan lo mismo, no nos vamos a engañar. Si todas las almas pesaran 21 gramos, no haría falta conocer la calidad de la gente, nos bastaría llegar a una determinada cantidad. Por eso hay ausencias más presentes que los presentes y luego hay ausencias que nadie nota, porque nadie se ha dado cuenta de que en realidad no están. Y me llevo tres.

Después está la ausencia por compromiso. Hay sitios donde no queda bien ir. Aunque te encantaría, no está correcto, no está bien acudir. O si lo haces, puede que quedes como un inconsciente, o peor aún, como un idiota. Como si te vas a jugar al dominó con un grupete de ancianos cuando has dicho que no acudías a los debates con tus contrincantes por tu agenda tan apretada, que como presidente del Gobierno te es imposible de cuadrar. Y me llevo cuatro.

Qué más. Ah, sí, está la ausencia con presencia incluida. Ésta es de mis favoritas. Como cuando estás ahí pero no estás. Como cuando llevas un buen rato leyendo un libro sin procesar lo que lees y tienes que volver a empezar. Como la CUP en Catalunya, que al final votará sí habiendo defendido a muerte el no. Saber hacerse trampas al solitario, cualidad básica de cualquier buen catalán. Como cuando tu pareja te repite por tercera vez la misma cosa y en vez de interrumpirle, tú prefieres asentir muy fuerte y desconectar. No estás escuchando lo que te digo, y tú respondes tirando de memoria auditiva, que es mucho más tramposa que la visual. Y me la llevo con ahínco, porque así paso a llevarme seis.

En cierta ocasión, un guionista de Hollywood me explicó que la diferencia entre un simple actor y una estrella de cine era que el primero no alteraba la escena cada vez que aparecía en pantalla, así que nadie le echa de menos cuando se va. Uno es tan grande como la ausencia que deja tras de sí. Y me llevo siete.

Para terminar, está la ausencia del que jamás se fue. Es la ausencia más incómoda de todas, pues parece que se quedó ahí sólo para recordarte la mediocridad de los que aún no nos escapamos. Ellos son Obi-Wan Kenobi y nosotros somos Luke en Star Wars. Sabemos que el listón lo marcaron entonces, y también sabemos de buena tinta que sólo les podemos decepcionar. Me llevo ocho.

De ahí que sea cual sea el CIS, las encuestas, los barómetros y los sondeos, nos pongamos como nos pongamos, lo peor que nos puede pasar es que al final todas estas ganas de cambio, de regeneración democrática y de nueva etapa en España se quede en nada, en agua de borrajas. Que la mayoría vote a los de siempre para que todo siga igual. Cosa que me temo que es lo que va a pasar.

Y ya no podremos hablar ni siquiera de fin de saga.
Sino de precuela final. 

Risto Mejide. 6 de diciembre de 2015

sábado, 5 de diciembre de 2015

Curso de maquillaje MAC TECHNIQUES







El jueves asistí a un curso de la firma de maquillaje MAC, impartido por Paqui, que venía de Sevilla a contarnos las novedades en maquillaje para este otoño/invierno y algunos trucos para el día a día.
La profesora maquillaba a una de las asistentes mientras las demás íbamos repitiendo los pasos en nosotras mismas comprobando los resultados.
Me gustó la clase pese a que el maquillaje me pareció en algunos puntos recargado, por ejemplo los labios borgoña cuando estoy acostumbrada a llevarlos en tonos claros, pero fue una experiencia muy positiva.
A la salida compré en el stand dos productos de la firma, de la cual he probado más cosas que me han dado buenos resultados.

Os dejo unas fotos para que veáis el resultado y el "face chart" o donde tomábamos notas.

martes, 1 de diciembre de 2015

Ligeros de equipaje en el Teatro Principal




Este sábado estuvimos en el Teatro Principal viendo Ligeros de equipaje, una obra que me encantó ya que durante hora y media estuvo llevada a cabo única y exclusivamente por dos actores de forma exquisita, convirtiéndose en diferentes personajes (abuelo y nieto, mujer, policía,...) en un continuo juego entre el pasado y el presente.
Una delicia para los sentidos y que llegaba a estremecer y a tocar de lleno al espectador.

En 1939 casi medio millón de personas cruzaron a través de los Pirineos  la frontera francesa. En aquel éxodo había restos del ejército republicano, pero también población civil, muchas mujeres y niños. La mayoría iban a pie. Los caminos estaban colapsados.  30.000 personas al día cruzando la frontera.
El sur de Francia no se preparó para una “invasión” de ese calibre. Ni lo esperaban, ni fueron capaces de preverlo. En aquel momento, vivían en el sur de Francia 250.000 personas. Los españoles fueron despojados de todo en la frontera. Muchos no volvieron nunca. Algunos murieron de frío, otros por los bombardeos o en los campos de concentración franceses.
Ligeros de equipaje pretende, con una historia de ficción creada con multitud de crónicas y testimonios reales recuperar la verdadera historia de cientos de miles de personas. Una historia casi olvidada, perdida en el tiempo.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Lo realmente importante





La cadena de supermercados alemanes Edeka ha creado un anuncio navideño; en él podemos ver a un ancianito que llega a su casa cargado de bolsas de la compra acompañado de su perro, mientras escucha mensajes y felicitaciones de sus hijos que le anuncian que no podrán ir a celebrar las fiestas con él porque están lejos, porque tienen que trabajar, etc.
Día tras día, se ve cómo cena solo, mientras la tristeza y soledad se reflejan en su rostro.
De repente, llegan esquelas y mensajes a los hijos, de que su padre ha muerto. Entre lágrimas y de luto, todos vuelven al hogar familiar, pero se encuentran una sorpresa...

viernes, 27 de noviembre de 2015

Los niños...




Todo el mundo habla de dejar un mejor planeta para nuestros hijos.
Vamos a intentar dejar mejores niños a nuestro planeta.

jueves, 19 de noviembre de 2015

El mayor premio es compartirlo




Justino es guardia de seguridad en una fábrica de maniquíes. Al trabajar en el turno de noche nunca coincide con sus colegas de trabajo, pero irónicamente pasa sus noches rodeado de figuras humanas. Su soledad y sus ganas de compartir le llevan primero a interactuar con los propios maniquíes, y más tarde a comunicarse a través de ellos con sus compañeros del turno de mañana. En su afán por hacer cosas por los demás, Justino se llegará a olvidar de sí mismo pero el destino querrá que sus compañeros no se olviden de él. (Extraído de Loterías y apuestas del Estado)

Un anuncio diferente a lo que estamos acostumbrados a ver para el Sorteo de Navidad. 
¿Qué os parece?

sábado, 14 de noviembre de 2015

Sobre idiotas, velos e imanes



Vaya por Dios. Compruebo que hay algunos idiotas -a ellos iba dedicado aquel artículo- a los que no gustó que dijera, hace cuatro semanas, que lo del Islam radical es la tercera guerra mundial: una guerra que a los europeos no nos resulta ajena, aunque parezca que pilla lejos, y que estamos perdiendo precisamente por idiotas; por los complejos que impiden considerar el problema y oponerle cuanto legítima y democráticamente sirve para oponerse en esta clase de cosas. 

La principal idiotez es creer que hablaba de una guerra de cristianos contra musulmanes. Porque se trata también de proteger al Islam normal, moderado, pacífico. De ayudar a quienes están lejos del fanatismo sincero de un yihadista majara o del fanatismo fingido de un oportunista. Porque, como todas las religiones extremas trajinadas por curas, sacerdotes, hechiceros, imanes o lo que se tercie, el Islam se nutre del chantaje social. De un complicado sistema de vigilancia, miedo, delaciones y acoso a cuantos se aparten de la ortodoxia. En ese sentido, no hay diferencia entre el obispo español que hace setenta años proponía meter en la cárcel a las mujeres y hombres que bailasen agarrados, y el imán radical que, desde su mezquita, exige las penas sociales o físicas correspondientes para quien transgreda la ley musulmana. Para quien no viva como un creyente.

Por eso es importante no transigir en ciertos detalles, que tienen apariencia banal pero que son importantes. La forma en que el Islam radical impone su ley es la coacción: qué dirán de uno en la calle, el barrio, la mezquita donde el cura señala y ordena mano dura para la mujer, recato en las hijas, desprecio hacia el homosexual, etcétera. Detalles menores unos, más graves otros, que constituyen el conjunto de comportamientos por los que un ciudadano será aprobado por la comunidad que ese cura controla. En busca de beneplácito social, la mayor parte de los ciudadanos transigen, se pliegan, aceptan someterse a actitudes y ritos en los que no creen, pero que permiten sobrevivir en un entorno que de otro modo sería hostil. Y así, en torno a las mezquitas proliferan las barbas, los velos, las hipócritas pasas -ese morado en la frente, de golpear fuerte el suelo al rezar-, como en la España de la Inquisición proliferaban las costumbres pías, el rezo del rosario en público, la delación del hereje y las comuniones semanales o diarias. 

El más siniestro símbolo de ese Islam opresor es el velo de la mujer, el hiyab, por no hablar ya del niqab que cubre el rostro, o el burka que cubre el cuerpo. Por lo que significa de desprecio y coacción social: si una mujer no acepta los códigos, ella y toda su familia quedan marcados por el oprobio. No son buenos musulmanes. Y ese contagio perverso y oportunista -fanatismos sinceros aparte, que siempre los hay- extiende como una mancha de aceite el uso del velo y de lo que haga falta, con el resultado de que, en Europa, barrios enteros de población musulmana donde eran normales la cara maquillada y los vaqueros se ven ahora llenos de hiyabs, niqabs y hasta burkas; mientras el Estado, en vez de arbitrar medidas inteligentes para proteger a esa población musulmana del fanatismo y la coacción, lo que hace es ser cómplice, condenándola a la sumisión sin alternativa. Tolerando usos que denigran la condición femenina y ofenden la razón, como el disparate de que una mujer pueda entrar con el rostro oculto en hospitales, escuelas y edificios oficiales -en Francia, Holanda e Italia ya está prohibido-, que un hospital acceda a que sea una mujer doctor y no un hombre quien atienda a una musulmana, o que un imán radical aconseje maltratos a las mujeres o predique la yihad sin que en el acto sea puesto en un avión y devuelto a su país de origen. Por lo menos.

Y así van las cosas. Demasiada transigencia social, demasiados paños calientes, demasiados complejos, demasiado miedo a que te llamen xenófobo. Con lo fácil que sería decir desde el principio: sea bien venido porque lo necesitamos a usted y a su familia, con su trabajo y su fuerza demográfica. Todos somos futuro juntos. Pero escuche: aquí pasamos siglos luchando por la dignidad del ser humano, pagándolo muy caro. Y eso significa que usted juega según nuestras reglas, vive de modo compatible con nuestros usos, o se atiene a las consecuencias. Y las consecuencias son la ley en todo su rigor o la sala de embarque del aeropuerto. En ese sentido, no estaría de más recordar lo que aquel gobernador británico en la India dijo a quienes querían seguir quemando viudas en la pira del marido difunto: «Háganlo, puesto que son sus costumbres. Yo levantaré un patíbulo junto a cada pira, y en él ahorcaré a quienes quemen a esas mujeres. Así ustedes conservarán sus costumbres y nosotros las nuestras». 

28 de septiembre de 2014. Arturo Pérez Reverte


PD: Escrito hace un año y que puede servir en días como hoy, cuando todo el mundo llora por el terrible atentado anoche en París...
... yo no tengo palabras