Tras mucho tiempo hablando con él por messenger, cartas, web cam y por teléfono allí estaba yo el 21 de marzo de 2003 en la antigua estación del Portillo (que aún funcionaba), esperando a que llegara el tren procedente de Salamanca y con destino Zaragoza. Aunque sólo venía para un fin de semana, en pocos días volvió para quedarse; de eso hace ya 6 años, de aquel encuentro en la estación que en el 2007 terminó en boda.
¿Quién nos lo iba a decir? Probablemente una casualidad en un chat, pero es que la vida está llena de casualidades...
1 comentarios:
Muchas felicidades, madre mía, 6 años ya. Sí, la vida está llena de casualidades, quién nos lo iba a decir también a nosotros...
¡Por infinitos años de amor y alegrías juntos!
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