Fue un 21 de marzo (ya 7 años juntos)

Aquel día en la antigua estación de trenes del Portillo iba a conocerle, aunque ya le conocía...
Algo dentro de mí se movió al verle bajar del tren, el corazón estaba acelerado, se quería escapar de mi pecho y yo no quería correr tras él; a veces hay que dejar que el corazón se escape y viaje donde quiera ir.
Los años nos han hecho compañeros de viaje,
de muchos momentos de felicidad,
de muchos momentos preguntandonos que pasaría en las interminables consultas de los diversos hospitales,
de miradas cómplices,
de saber lo que el otro piensa,
de hablar en silencio,
de sorpresas en días inesperados,
de disfrutar de las pequeñas cosas porque es ahí donde radica la verdadera felicidad aunque muchos la busquen en grandes cosas...

Hemos aprendido a luchar día a día con las piedras que colocan en nuestro camino y aprendemos con estas a ver que en todo lo malo, hay algo bueno.
Hemos aprendido juntos a ver el vaso medio lleno y no a ahogarse en él.
Gracias por compartir tu vida conmigo, día a día, sin condiciones
Te quiero