sábado, 12 de septiembre de 2015

Entrenadores por un día en el Oceanografic de Valencia




El domingo día 6 de septiembre pudimos realizar la actividad "Entrenador por un día" donde pudimos ver, tocar, alimentar y aprender muchas nociones sobre las morsas, belugas, leones marinos, focas o delfines. 
Os dejo un vídeo extraído de la web del Oceanografic donde se ve a modo de resumen lo que se hace en la actividad.

La visita comenzó sobre las 10:15h donde nos recogió una persona en la entrada del Oceanográfic y nos acercó hasta el Ártico, allí comenzaría el día.
Primero nos pusimos los uniformes de "Entrenador por un día" y empezamos visitando la zona donde preparaban el alimento y donde tenían una pizarra donde anotaban los kilos que comía cada animal con su nombre.
Ayudamos a preparar la ración que les tocaba, también metimos vitaminas en los arenques, (esas vitaminas suplen las que pierde el pescado ya que proviene congelado y lo descongelan el día anterior), también había gelatina que suple la pérdida de agua por lo mismo.



Nuestra visita comenzó con las morsas, el único animal que no nos dejaron tocar.
Aprendimos varios aspectos de su anatomía (dato curioso que las mamas no tienen pezón) y me sorprendió especialmente la forma de comer que tienen (absorción al comer en vez de tragar y soplado), también me chocó que apoyan todo su enorme peso (915kg aprox la que vimos) en las aletas delanteras, cosa que les provoca callos en algunos momentos. Nos explicaron sus curas también.
Actualmente había 4 morsas hembras (el macho falleció hace unos años), nos explicaron sobre los colmillos, la cantidad de comida diaria que reciben, los comportamientos médicos en los que les entrenan para que cuando toca visita médica todo sea voluntario por parte de los animales (esto era común a todas las especies)
El mejor momento fue cuando al irnos nos lanzó besos con sus enormes aletas y nos dijo adiós. Imaginaos la escena!!
El animal que más impresiona por verlo fuera del agua con ese gran tamaño.

De ahí pasamos hacia las belugas viendo entre medias un par de focas vitelinas (una de ellas bebé) que quería subir a la plataforma y se caía constantemente.




El momento que me arrodillé y ví como se acercaba la beluga no tiene precio; pudimos darle de comer, tocarla (suave como mármol), oír los sonidos que emiten, conocer su anatomía, tocar la lengua o besarla. Me hubiera quedado allí media mañana.
Había dos belugas, la hembra con la que estuvimos (Yulka) y el macho blanco (Kairo). La beluga pesaba unos 800kg y era mansa como un perrito. 
Era como un enorme peluche de casi una tonelada. 
Mi sueño hecho realidad :)




De allí nos tocó visitar el Delfinario, vimos donde preparaban y almacenaban las toneladas de pescado que requieren todos estos animales.
Primero vimos el espectáculo desde arriba al lado de la chica que narraba todo lo que acontecía y controlaba la música y luego cuando terminó el show pudimos entrenarlos y darles de comer. 
Había 14 delfines pero nos contaron que habían llegado a tener hasta 22-23. Entre ellos estaba Josué, el macho dominante y Niko, el hijo de Nika, por citar algunos nombres.
Los dos brazos con las palmas hacia abajo era requerir atención (básico antes de cada ejercicio) y de ahí a un montón de gestos que ellos comprendían perfectamente y ejecutaban la orden para posteriormente recibir la recompensa en forma de pescado. 



Tras el entrenamiento nos vino a recoger Ana (cuidadora y entrenadora de focas y leones marinos) y nos llevó al Restaurante Océanos a comer un menú riquísimo (yo me pedí croquetas de jamón (7) y presa ibérica, de postre un Big cake de chocolate)
Cuando acabó la comida nos llevó a la zona ARCA (Área de recuperación y conservación de fauna marina) donde un chico nos explicó perfectamente el ciclo desde que llega una tortuga hasta que las liberan. Zona fundamental donde las haya.
Había tortugas muy pequeñitas y otras de 63kg que mordían todo lo que se les ponía delante, así que nada de tocarlas. No con el instinto de atacar sino con hambre.
El chico nos acompañó también por la zona de exposición a visitantes y nos contó anécdotas de las morenas y otras muchas especies, también entramos a un área restringida dónde nos explicó la "fabricación" de medusas  cuando los pólipos pequeñitos se someten a condiciones de estrés.

De allí tocaba visitar las focas, dándoles de comer junto a los cuidadores y viendo como se arrastraban al salir del agua (Clara se llamaba la foca a la que alimenté yo y que veía muy poquito).

La última parada sería para ver a los leones marinos, ver como les daban de comer y cómo una de las madres (Morena) protegía con ferocidad a su cachorro bebé que dormía de lo lindo. Cuando terminaron de comer nos dejaron entrenar a una de ellas y darle por supuesto comida en forma de recompensa.
Nos colocaron una especie de cinturón con 2 "alforjas"  donde teníamos el pescado que debíamos darle.
Hacíamos un "target" que era el movimiento de tocar con el puño en el hocico y posteriormente el gesto que queríamos para lograr lo que nos iba indicando la cuidadora.



Rondaban las 17h y la actividad tocaba a su fin con la pena que me daba porque hubiera estado de buena gana un par de horas más. Nos despedimos del personal del que debo remarcar la amabilidad y disposición y nos acercamos a la tienda para recoger nuestro diploma y alguna foto de recuerdo.

Lo mejor del día: Tener a Yulka, la beluga, tan cerca y poder tocarla. No todos los días se tiene una beluga a centímetros.
La increíble experiencia y notar el amor que muestran los cuidadores a los animales sin forzarles en ningún momento.
El profundo conocimiento que tienen de todas y cada una de las especies y detalles como los comportamientos médicos que jamás pensé que fueran voluntarios por parte de los animales y su preocupación por el bienestar de los mismos, cosa que si no estás de ese lado no puedes apreciar.
Si sólo vas como visitante te quedas con las "monerías" que hacen los animales y no puedes llegar a ver la inmensa labor que hay detrás.

Lo peor del día: No tener más fotos de la cantidad de cosas que hicimos, a pesar de que lo más importante es el recuerdo y la experiencia que me llevé.

3 comentarios:

Anónimo

Hola Duna

Una experiencia muy enriquecedora y única la que nos explicas. Todo un privilegio poder ver todas esas especies marinas tan de cerca no como simple espectadora sino como protagonista. Muy interesante la información, datos y curiosidades que nos aportas. Con lo que te apasionan los animales esta claro que se habrá convertido para ti en un día inolvidable.

Un abrazo.

Anónimo

Vaya bonita vivencia! La experiencia sin duda inolvidable y para recordarla con la misma ilusión que cuando sucedió. Habras dejado a todos seres marinos del Oceanografic enamoradicos, con esa sonrisa que llevas no me extraña.
Desearte una feliz semana y sonrisas mil.
Xaooooo.....

Duna

Anónimo: Sí, para una apasionada de los animales como soy yo es una experiencia totalmente recomendable.
Todas las especies tienen su encanto, sus curiosidades, características propias y es una oportunidad tenerlas tan cerca y poder tocarlas, por ejemplo.
Un beso

Anónimo 2: Ha sido al contrario, todos me han dejado enamorada a mí, con ganas de repetir y de volver a disfrutarlos :)
Un beso