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Soy indepe. Mira, me acabo de dar cuenta. Estaba peinándome las cejas
-lo único que aún puedo peinarme con fruición- cuando de pronto he
sentido una necesidad visceral de separarme para siempre de unos cuantos
indeseables. Yo sí que me voy a montar unas plebiscitarias. Ni tercera
vía ni leches, ciaopescao.
Soy indepe. Pero un tipo de indepe que no tiene representación parlamentaria, me temo.
Yo
perdónenme pero no he llegado a plantearme una secesión del resto de
catalanes. Ni del resto de españoles. Ni del resto de europeos. Quiero
la independencia, para empezar, sólo de los idiotas. Sí, es cierto que
corro el riesgo de ser el primero, por eso, antes de autoinculparme,
especifico: quiero la independencia de todos los idiotas que -como
mínimo- sean más idiotas que yo. Que serán pocos, pensarás. Sí, sí, pero
qué apostamos a que algún cargo importante cae. O alguna indeseable
tipo Petra László.
Soy indepe porque es verdad, me gustaría
perder de vista para siempre a ilustres españoles. Los Bárcenas, los
Rato, los Urdangarín, los Fabra, los Matas, los Blesa, los Granados, los
Chaves, los Griñán, oigan quédenselos todos, va por ustedes. Imputados,
acusados, condenados, me aburren tan presuntamente, que me los pone
todos para llevar.
Soy indepe. Pero un indepe aún más radical que
los que promulgan la independencia. Y es que quiero perder también de
vista a toda la familia Pujol. Y a cada sede embargada de CDC. Y a Teyco
y al 3%. A FèlixMillet. A la pésima gestión de la Generalitat durante
estos últimos años en materia de Sanidad y Educación -ambas
transferidas-. Y a todos los que aplauden una deficiente administración
-insisto- transferida y nos quieren hacer comulgar con que solos nos lo
guisaríamos mejor.
Yo no sé quién inventó eso de que España nos
roba. Lo que sí sé es que algunos españoles y catalanes nos están
robando mucho más. Nos están robando la confianza. Nos están robando una
inocencia que jamás debimos perder. Nos están robando la paz, el seny, ese pragmatismo tan catalán. La tranquilidad de ir por el mundo sin pedir perdón por no pensar como quien nos gobierna.
También
soy indepe porque detesto a la gente que está tan por encima del bien y
del mal que se cree que soy aún más imbécil de lo que soy. Por eso me
gustaría separarme de Mas, sí, pero también de Montoro. Soy indepe de
las cifras de uno y otro bando. Mentirosos todos, que saben
perfectamente que calcular el déficit fiscal es como medir a qué huelen
las nubes zum zum. Mandangas más mamandurrias igual a expolio fiscal.
Soy indepe de un expresidente del Gobierno y de un Ministro de Defensa
que ya no es que no sepan seducir, sino que encima se dedican a ofender.
Llévense
también a TV-3 y a Televisión Española. No quiero pagar medios públicos
flagrantemente propagandísticos y que censuran a sus propios ciudadanos
sólo por el hecho de no pensar igual. Pero también diarios como el ABC,
que señalan públicamente a los deportistas por ideología política. De
regalo me podrían independizar de los que chillan, de los violentos y de
los medios que citaron mi artículo de la semana pasada y tan sólo
entrecomillaron la parte del dedo en el culo, señuelo puesto con toda
intención para detectar manipuladores de manual. Ahí va el anzuelo de
esta semana: ya os lo podéis sacar. Hala, ahí tenéis vuestra dosis
semanal para seguir intoxicando. La manipulación informativa es la forma
que tienen algunos medios de llamarnos idiotas en nuestra puñetera
cara. Así que volveríamos al punto uno. Si no es porque los
independizaría a ellos antes que a todos.
Y ya puestos, soy indepe de las grasas saturadas. De las películas de Van Damme. Y del reggaeton por favor. No puedo más.
A
mí llámenme cuando refunden esta nación desde cero. Esto hay que
ponerlo patas arriba ya. Una nación en la que mande la gente decente. La
gente honrada. Gente cuyo único partido político se llame llegar a fin
de mes. Una nación gobernada por y para gente que hoy no hace más que
deslomarse para pagar los excesos de banqueros y políticos mientras le
crujen a impuestos y multas, porque le han dicho que tenía que apretarse
el cinturón, o peor aún, que ya está aquí la recuperación, que cómo es
que no la ve.
Ya, ya sé que todo eso es imposible. Que lo más
fácil es que me largue yo. Pero eso no puedo hacerlo, compréndanlo. No
quisiera regalarle semejante alegría a más de uno. Además, a santo de
qué me tengo que ir, que se vayan ellos, que yo adoro mi tierra.
Así que nada, toca quedarse y aguantar.
La tercera vía ahora me entero que era rectal.
Risto Mejide. 13 de septiembre de 2015
4 comentarios:
Pues quitando lo de Van Damme, qué le vamos a hacer uno es así, yo también soy indepe.
Jeje yo también pensé eso!!! Por cierto, que tal te va todo? Cuanto tiempo!!
Muy bien, gracias, Duna. Poco a poco con todo, y en el blog sólo comento ya cosas de libros y cómics. ¡Un saludo!
Muy bien, gracias, Duna, con calma y poco a poco con todo, y con el blog un tanto abandonado ya que ya solo comento libros y comics que voy leyendo. ¡Un saludo!
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