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Este día lo comenzamos con la visita al cementerio de Père Lachaise, el más grande de París, donde habíamos estado el año pasado y quisimos repetir.
Entre sus tumbas en forma de templetes, mausoleos y con numerosas estatuas se encuentran las de Oscar Wilde, Jim Morrison, Edith Piaf, Eugène Delacroix, Frédéric Chopin, Honoré de Balzac, Maria Callas, Marcel Proust, La Fontaine, Moliere...
Como ya dije el año pasado, puede sonar tétrico pero nadie debería abandonar París sin pasar un día por este cementerio, merece mucho la pena.
Tras comer en una brasserie por la zona, acudimos de nuevo a la Mezquita de París que habíamos visto días antes, para tomar otro rico té a la menta relajándonos.
De allí nos dirigimos a ver las Arenas de Lutecia (anfiteatro galo romano utilizado en la época como teatro y como arena para combates).
Nuestro paseo continuó por el Jardin des Plantes (ya habíamos estado hace días visitando la Menagerie) y comprobamos la cantidad de árboles centenarios que había, algunos con las raíces de igual longitud bajo tierra que el propio árbol según indicaban los carteles.
Acabamos paseando por la ribera del Sena, bordeando el Canal S. Martin hasta llegar a la Île de Saint Louis.
Momento del día: La mejor mousse au chocolat que he probado nunca, cerca de Père Lachaise y el té a la menta en la Mezquita de París, relajados con unos rayitos de sol y pájaros revoloteando, un placer.